Hay momentos en los que las personas estamos demasiado ciegas, solo creemos en lo que vemos y nos olvidamos de la magia de cada momento he aquí una historia que hará pensar a mas de uno…
Una fría noche de invierno un grupo de amigos estaba reunido cerca de la playa; uno de ellos, el más solitario, se quedo ensimismado mirando hacia una silla vacía. Se levanto y se acerco hasta ella; tenía una sonrisa en la cara pero cuando toco la silla la sonrisa se borro. El chico se llamaba Lucas.
No podía dejar de pensar en lo que había visto… la había visto antes pero sabia que ellos jamás le creerían, nunca lo habían hecho.. Esa mirada, esa sonrisa, sus gestos, él la veía cada noche en sus sueños pero esta vez estaba mas seguro que nunca de que ella era real.
Volvió a sentir esa sensación de bienestar, de cosquilleo, miro a la silla y allí estaba de nuevo, parecía una princesa, su pelo largo flotaba, sus ojos verdes le miraban atentos. El se levanto y se acerco sin apenas parpadear, no quería perder ni un segundo de aquel maravilloso instante. Cuando estaba a pocos centímetros de rozar su dulce cara algo le hizo dudar, ¿era posible que ella estuviera ahí? Sus amigos comenzaron a llamarle, ha decirle que dejara de hacer tonterías que bajara de su nube, pero aun así el seguía sintiendo que ella estaba con ellos.
No dejo de mirar hacia la silla pero ella no aparecía. Lucas no podía creerlo, la había tenido tan cerca que ya ni siquiera pensaba en un mundo sin ella, en ese momento se dio cuenta de que sus mundos eran muy diferentes, ella era un hada, se llamaba Keira. La conocía desde hace 3 años cada noche en sus sueños ella aparecía y le daba fuerzas para continuar; pero llevaba dos semanas sin verla por eso apenas tenia ánimos.
Pasaron dos horas que a Lucas se le hicieron eternas ¿Y si no la volvía a ver? Estaban a punto de marcharse de ese lugar cuando él comenzó a recordar esas palabras…
“No dejes de luchar sabes que siempre estaré cuando lo necesites, solo tienes que creer en ti mismo”.
De repente un destello salio de la nada y allí estaba ella sin dudarlo ni un momento él se abalanzo para abrazarla y nadie sabe como ni porque al lado de Lucas apareció una preciosa mujer. Ciertas leyendas cuentan que lo único que tenia que hacer Lucas era creer en Keira y en si mismo; el tardo tres años en descubrirlo. ¿Cuando tardaras tú?